sábado, 5 de mayo de 2012

Otra concepción sobre la prensa

“La diferencia entre la <<prensa sensacionalista>> y la <<prensa informativa>> reproduce, en definitiva, la oposición entre los que hacen política en actos, palabras o pensamiento, y los que la reciben, entre la opinión actuante y la opinión sobre la que se actúa. Y no es una casualidad que la oposición entre los dos tipos de prensa recuerde, bajo la figura de la antítesis del entendimiento y de la sensibilidad, de la reflexión y de la sensación, que está en el centro de la representación dominante de la relación entre dominantes y dominados, la oposición entre dos tipos de relaciones con el mundo social, entre el punto de vista soberano de los que dominan el mundo social en la práctica o en pensamiento (…) y la visión ciega, estrecha, parcial, la del simple soldado perdido en la batalla, de los que están dominados por ese mundo.”
(Bourdieu, 1988: 456-457)

Como se ve, el autor plantea una dicotomía análoga a la que se conoce normalmente (entre matrices culturales <<ilustrada>> y <<dramática>>. Para Bourdieu, esa dicotomía está cargada de sentido político: el análisis, la distancia y la observación reflexiva del objeto que proponen los periódicos de prestigio suponen la afirmación de un poder sobre ese objeto y la <<afirmación de la dignidad del sujeto que se afirma en ese poder>>. La prensa de prestigio confiere a su destinatario la <<dignidad de sujeto político, capaz de ser, si no sujeto de la historia, al menos sujeto de un discurso sobre la historia>>. La prensa popular, contrariamente, satisface la lectura del lector ordinario de periódicos, <<papanatas curioso, destinado a la inmersión en el acontecimiento y al breve tiempo de las sensaciones fugitivas y fáciles>>, como lo caracteriza Bourdieu asumiendo irónicamente la postura de la prensa legítima respecto al público popular.

Álvaro Carretero Román.

No hay comentarios:

Publicar un comentario