viernes, 27 de enero de 2012

¿Un mundo nuevo?

Pedimos cambios a gritos, ponemos el grito en el cielo cuando Megaupload es cerrado, gritamos "¡Revolución!" con cada nueva medida injusta, pretendemos actuar sin mover un dedo ni para cambiar el mando de la televisión cuando vemos todo esto en los informativos.
Somos tan hipócritas que nos ahogamos en nuestro propio ego y en nuestro propio bienestar. Presumimos de cuidar a nuestras familias, hijos, abuelos, hermanos... Pero ¿no son también nuestra familia las generaciones venideras? ¿Qué estamos haciendo por ellos, qué futuro les estamos dejando? Es simple, nuestra herencia será un mundo en semejante crisis de valores éticos y culturales que encontrar una sola persona capaz de pensar por sí misma, lejos del control al que nos estamos sometiendo casi voluntariamente, será utópico.
Dejamos un mundo injusto, pues no hay otra palabra para describir las atrocidades que se siguen permitiendo en un mundo que creemos tan avanzado. Pues bien, para mi, mientras sigan existiendo zonas de pobreza extrema, regiones donde mencionar los derechos humanos son como contar un chiste, multimillonarios que malgastan su dinero limpiándose el culo con él (perdón por el lenguaje vulgar), gobernantes que son tan hipócritas como el pueblo que les vota y miran, primero por su futuro, luego por sus "colegas" de profesión, después por su nación y, si queda espacio, por ese pueblo inútil que les ha otorgado un poder lleno de veneno y corrupción, un poder que apesta a egocentrismo propio. Como para mirar por el resto de países o próximas generaciones ¿no? Que se apañen como puedan, mientras no esté cerca de mi, mientras yo finja que no existe... ¡HIPÓCRITAS!



¿A qué jugamos? Millones de personas han muerto a lo largo de la Historia por defender y conseguir los derechos que hoy ostentamos con un patético orgullo tan poco respetuoso que ni escupiendo sobre las lápidas de todos ellos podríamos ofenderles más. Pero somos tan egocéntricos y cómodos que es demasiado fácil criticar al resto, criticar obviedades y medidas estúpidas en vez de centrarnos en lo que de verdad nos atañe. "España está en crisis", quizá sea la frase más oída en los últimos años. ¿Alguien ha pronunciado alguna vez algo referente a los países de pobreza extrema? Me gustaría ver a todos aquellos que se quejan tanto y son los primeros en pedir cambios, que nunca están conformes, vivir como lo tienen que hacer tantos millones de personas en este mundo tan "moderno". Es despreciable.
Nuestras próximas generaciones nos criticarán, se reirán de nosotros o, peor, nos considerán condenadamente imbéciles, seremos conocidos como la generación más pasiva de la Historia, nos rendimos... simplemente... nos rendimos. Hemos dejado de pensar, hemos dejado de actuar, hemos dejado el poder al primero que pase por delante. Es tan triste que en tantos años de Historia no hayamos aprendido nada... Ninguno de los escasísimos intentos de cambio funciona, todos caen, ninguno tiene el apoyo necesario y, al final, son asociados con grupos de ideas políticas radicales para desprestigiarlos, algo que conlleva su poseterior e irremediable pédirda de influencia hasta su inminente desaparición.Por suerte, África se está levantando, era imposible que aguantara más y, aun así, Europa sigue haciendo oídos sordos y ojos ciegos a los gritos de socorro que retumban en las asambleas y los millones de ojos que siguen mirando suplicantes durante lo largo de los siglos. Algún día se harán demasiado fuertes y, espero, ese día llegue pronto.
Yo, personalmente, me niego a ser estudiado por el resto de la eternidad como uno de los contribuyentes a aumentar semejante desastre. Debemos luchar y, quien siga pensando que esto lo arreglarán otros, que siga sentado con sus pies encima de la mesa mientras ve programas tan "realistas" como Gran Hermano.


Estudio Periodismo porque creo que es la mejor forma de combatir. Por supuesto, no espero cambiar el mundo, no espero hacer nada relevante, pues para ello ya se han encargado de silenciar a demasiadas personas. Eso no quiere decir que me rinda. Ninguno de nosotros vamos a cambiar nada, ninguno vamos a dar un golpe de efecto en el mundo, esas cosas no pasan tan rápido, sería muy ingenuo si lo creyera. No, yo pretendo dejar un legado mayor, mi objetivo es llegar alto, pero no con fines de avaricia (quizá sí ambiciosos, aunque no en el mal sentido de la palabra); mis fines son sembrar una semilla en tantos como sea posible, concienciar de que debemos levantarnos de nuestro cómodo sofá y plantarnos ante semejante despropósito político y general.
Los Medios de Comunicación son el Cuarto Poder, quizá el más importante de todos. La revolución debe empezar aquí, son los medios quienes deben recuperar esa función informadora de verdad, esa función de movilización de la sociedad en vez de ser los sumisos perros falderos de los magnates. Se acabó. Pienso luchar, pienso ser el dedo en la herida de todos cuantos pueda, pienso abrir los ojos a todo aquel que esté dispuesto y, por supuesto, no soy tan pedante como para creerme capacitado y pensar que tengo unos conocimientos demasiado amplios, más al contrario, me considero un completo ignorante en cualquier tema. Pero, eso nunca, nunca me estancaré por creer que ya sé suficiente; por eso estudio, por eso siempre seguiré estudiando e investigando cada cosa que me llame la atención. La educación es un proceso que nunca termina del todo.
Puede, y es lo más seguro, que no consiga nada, que me quede en el camino, que mis propósitos sean tan absurdos como eliminar el fútbol en España... Es lo más seguro, no quiero parecer idiota, entiéndanme. Y, aun así, persiguiendo un imposible, pienso seguirlo aferrado a un clavo ardiente que se resbala entre los dedos sin poder casi sujetarlo. Solo ese pensamiento, solo ese objetivo mantiene vivas mis ansias de seguir estudiando. Quiero un presente injusto sobre el que construir un futuro marcado por la revolución, una revolución que lleve a un futuro más justo y equitativo con todos. Quiero un futuro en el que cualquier persona pueda ser feliz en las mismas condiciones, aunque, por supuesto, a nadie le interesa que este mundo deje de ser así de cruel, cínico, hipócrita e injusto, ¿no?.

Álvaro Carretero Román.



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