"4.- El fomento deliberado de la desigualdad no aceleró la productividad total de los factores en Estados Unidos. Por el contrario, la obscena subida de los emolumentos de los altos directivos volvió disfuncional el sistema de gobernanza empresarial. Los directores generales de carrera se lo montaron muy bien contando mentiras sobre los verdaderos beneficios de las empresas. Incluso después de que los descubriese, se fueron al banco con una sonrisa de oreja a oreja.
De hecho, los candidatos de Bush para la Comisión de Control de Mercado de Valores, como el primer presidente que nombró, Harvey Pitt, fueron elegidos solo porque liberalizarían el sistema, en lugar de mantener una sensata regulación centrista. Pitt fue escogido principalmente porque había sido abogado de las cuatro empresas contables principales, que a su vez, estaban fabricando nuevas formas angañosas de medir la verdadera rentabilidad.
5.- Pongan a estos contables en el estrado de los testigos. Les pagan aquellos a quienes se supone que deben vigilar, un caso flagrante en l que la vigilancia y la reglamentación son una necesidad fundamental.
6.- Dejen sitio en el juzgado para las tres grandes agencias de clasificación: Pitch, Moody's y S&P-McGraw Hill. Se supone que solo dan aprobaciones AAA al material seguro. Pero si una de las tres se volviera objetivamente veraz, las otras dos se quedarían con todo el negocio. Eso apesta a conflicto de intereses. Que tome nota el Congreso.
7.- Por ahorrar espacio, pasaré a los nuevos "diabólicos monstruos Frankenstein" de la nueva "ingeniería financiera". Puede que yo y otros compañeros del MIT de Chicago, de Wharton, Penn y otras universisades, lo pasemos mal cuando nos enfrentemos a san Pedro en las puertas del cielo.
¿Cuál es el problema? Es verdad que los derivados y los créditos recíprocos pueden proporcionar un reparto racional del riesgo y, por consiguiente, reducier el riesgo total, pero también pueden destruir por completo cualquier transparencia.
Durante décadas, he participado sin ánimo de lucro con directores generales desde Nueva York hasta California. Ninguno de ellos entendió nunca nada de las fórmulas de Black, Scholes y Merton para valorar activos. Todo lo que sabían, o pensaban que sabían, era que los nuevos y maravillosos centros de beneficios libres de riesgo habían invadido sus despachos. Era mejor que la alquimia que convertía el estiércol en oro.
Por lo visto, nadie aprendió la lección de 1998, cuando Long Term Capital Managemen (LTCM), estuvo a punto de quebrar y necesitó un rescate pactado por parte del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. La ingeniería financiera es lo que nos permite pasar del apalancamiento cero hasta, pongamos, un apalancamiento de 50 a 1. Y cuando el riesgo acumulado resultante explota, de nuevo todo lo que ocurre es que el director general y el director financiero se van al banco partiéndose de risa por el camino.
Bear Stearns convirtió de la noche a la mañana a sus multimillonarios en millonarios. El emperador Nerón tocaba la lira mientras Roma ardía. El jefe de Bear Stearns jugaba torneos de bridge mientras sus accionistas quedaban hechos polvo. Teniendo en cuenta que esta era una de las casas de corretaje que manejaban muchas de las transacciones de LTCM, ¿no debería haber aprendido lo letal que es el hiperapalancamiento?
Lo primordial es que la mayoría de las pérdidas será permanente, como entre 1929 y 1932. Sin embargo, si la Reserva Federal y el Tesoro de EE.UU. crean suficiente dinero nuevo, la recuperación y la estabilidad serán posibles.
De haber seguido la línea intermedia de Roosevelt, Truman, Kennedy y Clinton, podrían haberse evitado el caos y las quiebras de hoy. Los académicos siguen debatiendo si Colón introdujo la sífilis en el Nuevo Mundo, o fue al revés. Pero no cabe duda de que la crisis mundial de 2008 lleva en su etiqueta las palabras made in USA.
Desde Islandia hasta la Antártida, niños aún por nacer aprenderán a temblar ante los nombres de Bush, Greenspan y Pitt. Por supuesto, estoy exagerando, pero solo un poco."
El País, 26 de Octubre de 2008.
No voy a hacer ninguna conclusión personal esta vez, ya que sería incapaz de intentar explicar al que fue el economista más prestigioso de la historia y seguramente, estaría estropeando sus palabras. Sin embargo, sí haré un último apunte. Hasta que Samuelson cambió su postura y decidió realizar tan dura crítica, sus palabras eran consideradas como el A,B,C, de la economía. Aquello que él decía, era lo que se debía hacer, tal como él pensaba, se debía pensar. Y no es que quisieran subirle a un pedestal en busca de un icono de referencia al que seguir como un profeta, sino que su experiencia y conocimientos ofrecían siempre las soluciones y las teorías más completas y eficaces. Entonces, ¿cómo, de la noche a la mañana, pasó de héroe a villano, prohibiéndosele la entrada a conferencias, poniendo trabas en la divulgación de sus nuevos escritos, descalificándole, poniendo en evidencia toda su carrera e, incluso, haciendo que perdiera toda la credibilidad posible? Es algo que, cuanto menos, da que pensar.
Más que economía, hay que aprender gracias a Samuelson, que también se puede seguir luchando desde la condena al ostracismo a la que fue sometido.
Álvaro Carretero Román.
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